domingo, enero 08, 2023

INTIMO




Hablaré de esos caminos de sustancia invisible e impalpable
que me llevan a los desiertos
Que cubren como un tupido bosque a la irradiante luna

Hablaré con el látigo de sus misterios
dominantes en mis desolados días

¡Qué cascada de sordos rumores rasga hoy las grietas de mi habitación desnuda! 
El orbe es un punto cruel
Invisible para los tiempos, me aproxima a los días sin huesos, 
sabor de lúgubre diablo, 
con su peculiar sonido rugoso, su pegajoso algoritmo, 
de dudas proyectadas desde el laberíntico cristal,
de llanto
plagado de espanto, señalando mis cicatrices 
Veo al mártir
Con su altivo tono gris y ceniza en su rostro, regresando entre los amasijos de años luz, 
me airea, 
con retos de zafias danzas, 
de suerte sibilina que florece como un carmín en sangre tenebrosa, 
y me deforma, cuerpo y deseo, 
evaporando estos ríos sagrados que riegan mis venas

Un día más soy cáscara de animal, 
silueta de penumbra vistiendo mi alma maldita,
ocultando entre mis manos el vellocino demoledor, su desconcierto, 
tan tremendo como la noche más oscura
Así es el fondo de los espejos, penacho de miradas transformadas en gotas de cristal, 
fecundando mi noche más longeva, con mi alma cautiva
Fe
¿Quién elige entre la ambigüedad atrincherada que se esconde entre tus incertidumbres?
Recorro una vida temblorosa extraviado en el vagón del tren olvidadizo, 
recuesto mi cabeza agotada entre la velocidad de mis ojos cerrados, 
en la penumbra que me atrapa

Donde vislumbro puntos
Reinos que en mi cabeza brotan
Chispas de espíritus agotados de vida
La extensión de un mundo sin paredes
Rocas clavadas en la conciencia
A veces me fundo en tiempo
¡Transformado en punto!
Engolado en una mágica referencia
De oscuridades que alargan mi existencia

¡Ay, sin embargo, cuando tú me hablas! 
Huyen mis ojos de la destrucción, 
dejo de leer los verbos malditos en esa penumbra que envuelve a tus dedos
Y descubro aquel paisaje mortecino escondido tras la densidad de la niebla, 
cargando su aterrador perfume sobre mi espalda

El mar se vacía de peces,
transcurrido el medio día
No hay flores nuevas tras la noche, tan solo la soledad de mis lágrimas errantes, 
displicentes con el calor de mis mejillas desnudas
Observo en mis cielos sus planetas fantasmas, decolorados fantasmas sin sombras,
anunciado el lugar donde habita mi destrucción
Es el décimo mes del trígono sobre todas las cosas
¡Sobre todas las cosas asépticas y dolorosas!

Y las preguntas se clavan sobre esta piel de homo sapiens, 
con la ausencia de los ángeles en las carcasas de un iPhone, 
símbolos dibujados por unos sencillos dedos. ¡Oh criaturas!
Si la lluvia perfora otra lluvia, al dormir los hijos de los ángeles, 
al asomar el deseo de los demonios; 
si el verde riachuelo se retuerce  al arrullo del grajo escondido, 
con su indeleble voz, haciendo esperar la deseada revelación en cualquiera de mis calles; 
si el dedo largo de la muerte tiembla, es que la luna duerme agigantada...

...devuélveme al vestidor del tiempo, saltando entre la oscuridad de los juncos, 
entre las miradas que ya no existen, salvo en un lejano baúl, 
atemorizando al caballo que galopa con la fiereza de los segundos
Tenebrosos vacíos, 
donde mis expresiones malditas no acaban en mi lengua de asfalto, 
blanda como el miedo, sinuosa como el hambre de los días; 
la maldición es un simple escondite, donde muero vestido de bailes siniestros

Siglo XX, nos hemos encontrado, tu vistiendo de luz, lis de las hijas de Saturno, 
y yo vistiendo de noche, en la profunda alegoría
Me pregunto si es mi casa eterna. Me pregunto si el rosal encuentra allí su final
Soy una señal en tu vocación, tejida en mi frente con el sudor de la inquietud, 
de esperpento estrangulado sobre el rocío del sacro invierno
¡Tu eterna juventud me devora!

Aunque los números nos hacen daño
Con sus mentiras
Sus espejismos
Arrastrándome hasta fundirme con el único deseo al que podría llegar: 
luz de Arimatea, luz en la cueva

Sin preguntas, la solitaria pluma zozobra frente al frío de la ventana cerrada
¡Aquella prisión huérfana de abedules!
Mi cara se desintegra con el tiempo si no hago preguntas
Y ya hace tiempo que me persigue el gris de las mañanas

JLcN


5 comentarios:

  1. mis diálogos con la fe, altibajos de las dunas en un bello desierto. Y a ella me sujeto, aún siendo endebles sus hilos...

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  2. Espectacular, una joya como utilizas las metáforas y enlazas los versos. Muy profundo. Me maravilla al completo. "...devuélveme al vestidor del tiempo, saltando entre la oscuridad de los juncos, entre las miradas que ya no existen, salvo en un lejano baúl, atemorizando al caballo que galopa con la fiereza de los segundos..." Besos

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    Respuestas
    1. Hola Margarita. Gracias por compartir tus sensaciones. Intenté crear profundidad en este extenso poema sobre el tema de la fe (en general, en todos sus campos) con sus continuas dudas y vacilaciones que con frecuencia me invaden,

      Uno más...
      Besoss

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    2. tu escribir es irreal no termino de entenderlo
      Yo soy al revés escribo demasiado fácil y tierno
      Somos diferentes y lo opuesto se atrae
      Un abrazo desde el firmamento

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    3. Escribir parte desde las certezas, y desde las miserias. Ahí estoy yo. Un poeta cobarde

      Gracias.
      Abrazos escondidos

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