sábado, febrero 19, 2022

POEMAS EN VUELTAS NEGRAS




I - RE VOLVER

Llorábamos cuando las tumbas se llenaron

con sus quebradas maderas, y desde sus carcomidas grietas, nos hicieron 

regresar del sueño más largo, hacia la estrella de alfa derrumbada 

Malla en mi mano inconclusa, sosteniendo los vuelos de los desaparecidos

Mi estupefacta comunión de miserias al despertar de los neones

Me alumbraban 

con su mirada larga

sin dejar de observarme


Grajo de pluma blanca

tu dramática espera reposa en mi hombro

blanco centellear de frías visiones

De su pico avieso, un iridio cortejo

alimenta mis agravios

tan abiertos como son los profundos valles de Tharsis

Mi torpe cuerpo /siempre vestido de árbol caído/

difuminándose entre el rímel de mi caótica destrucción

¡Si elegir hubiera sido la opción frente a la paciente frondosidad del mar!

En sus olas del tiempo...en mi oculto remedo

Pero me sentí prosa, con el miedo del muerto

Y escondido, cubierto por la opaca bandeja del perdón

ya calmo, descuartizado en sudor de pensamiento

abandoné entre planicies solares a mi sufrimiento

bajo ojos de sorbo divino

¡Cuántico sobrevivo!

inmerso

en la frenética batalla de su  profundidad

remordiéndome  

con las lejanas cartas de mi Jesús amigo

Absorbo agua cristalina en cada sueño, distraído en teclas de piano fúnebre


II - EXACTOS


Fui un segundo en el insondable Universo

El cordero de lengua de cruz me arrastró entre vidas

y el diablo... hasta mi conciencia

Un suelo de subterráneo arte decae ante mis ojos

con sus dedos torcidos por una laca turbia

Viejo día 

buscas destruirme, y yo aun busco en tu amanecer

la infinita pesadumbre

Busco el complejo diamante de la transición 

que ha caído como roca dura

En el punto exacto, entre estallidos de alas 

que un día fueron mías

entre suaves divinos


III - INDIGO


Hoy me siento abrumado, riesgo supurando en bruma y tortura 

sobre mis blandos táctiles

Solo se percibe una guerra de mariposas 

sobre el aire salvaje

lamiendo los débiles tejados, el cobijo de la suerte

Clamarían las victorias el perdón de los sauces

¡Oh, ese aire tan salvaje!


Las flores fantasmales se balancean

con un aire de soga rumiante 

Un dormido devenir, 

las ahoga,

las miraré como lobo loco

en sus serviles aguas, mientras sus auras 

blancas  ahogan

mi pérfido cuello de lana

Me ahogué 

Me ahogó no reconocer el hambre en la memoria

Hoy, los grados me excitan

catorce tormentas de sal

¡Saludadme!, tumbos de marioneta


IV - DES a PRECIOS

Lo importante era asentir a la tardanza de la muerte

recordando la belleza del árbol...

sin la negrura de sus figuras aboscadas

/Si en febrero caen sus hojas...mejor no mirar al cielo/


Un soplido virtual me reina en esta inmisericorde noche

recostado sobre mi cama

Sonido de chasquido que retumba en las paredes

alejadas de la insomnia juventud

con mortecina canción, crack amenazante

de orillados espacios

Las frágiles cuerdas de este día no resisten,

/no me hagas fractura/

en el patibulario recorrer de mis sombras de neón

y de tus pasajeros hologramas


V - EXPUESTO - EN LOS SUEÑOS 

Mis ojos se expresaban rubios

una mirada de ansiosa cohorte al regreso del Columbus

ajena e inocente a la abrupta pantalla de ígneo final

con sus siete bendiciones rotas

 en esos segundos de fatalidad absorbidos por el seco aire,

apaciguados tras el infinito telón,

resonó 

para envidia de una sicodélica furia

el desastre


Su humo, envolviendo al humano, 

destellaba

entre la música de las palomas

La muerte se ha escondido en las estrellas

Amalgama veloz de radiante nube

/observo pues  mi apocalipsis/

despojado de mi savia

Y desaparecí

fantasmal

sobre las cumbres de las lunas


Implosionando en un destructivo regreso 

mi último pensamiento, un agujero en la distancia

como un dardo clavado al espíritu

Se aparean monos en la jaula

con la avaricia de la intemperie

No saben leer en los corazones huidos


VI - VIOLAS

Avisadme cuando suenen las violas que enmudecen los árticos

Su música mantiene mis manos frías como temprana amapola al despertar

Mi pensamiento es la nube

alumbrando con su recorrer

el plumaje de un ruiseñor vacío

espejo de un cielo manso donde se encoge el miedo

Avisadme cuando el despertar cruce 

nuestros puentes

serenos

hermosos

y tenebrosos


VII - EL DESPUES

Donde se mueve la hierva serpentea la serpiente

¿La observas?

En su verde inquietud,

un malicioso cascabel de reposado veneno 

se agita en el negruzco interior 

de la abarcada ignorancia 

abriendo sonidos entre los truenos de mi éxtasis simétrico 

Escondidos segundos que como oblongos barcos avanzan. 

Atropellando mi risa con placebos de cinco eternidades 

Talladas vallas me separan del famélico invierno que envejece, cruel y delirante

/Inconsciente mente/

Allí la serpiente

desprenderá frondosa su tupido veneno

forjándome la voz celina sobre mi incrédula frente

/Imente inconsciente/

Las canciones se aceleran con su ritmo sin coro, alas de sueños imitan nubes de Orión 

con el vuelo corto del astronauta que fui

El miedo encogido, tallado sobre el rostro de mis hombros

Me empuja, turbia, esa muerte pausada

con la cristalina música de su mirada:

no habrá retorno, me arrastra hacia el profundo sueño,

transitándome en vueltas negras

 

<>Autor<>
José Luis Collado Novillo

sábado, febrero 12, 2022

POEMAS DE ROTAS NEGRAS



I - ABSORCION


Bóveda entre grietas

de aparentes persefonías

Tu oscura lengua 

cubre mi yo

Arma acunada

acunándome

en estúpidos finales

Ay triste espejismo

imploras

al poder del cuervo

antes de estrellar sus alas

en el brote oculto

previo al plástico

Una hoja seca 

absorbida por el sol

Imantada por brujos

hablando al descuido

entre desnudos placeres

/Son sus Ojos/

Son

espesura de los bosques


II - CADAVER


Llevo días sin respirar,

acaso soy babosa reptadora 

sobre un  mal sueño

No sé andar,

me perdí entre tramposos amaneceres

El extravío es aceite que escuece

Desesperantes puntos macabros,

etéreos y venenosos

tan pequeños y perplejos

en el océano descompuesto de mi cuerpo

Me he frenado

¡bien lo sabéis gusanos míos!

mejor arrastrar los pies

que hundidos

entre los decibelios de los excrementos

¿Escuchan?

Una rosa negra me habló

con su teñida lengua de alquitrán

Escupen a mis suelos

con sus barros y cienos, estupores, 

peligro del aire denso que se adueña

de mis pulmones marchitos

sobre piel ya abrasada, existo

Respiro  brumas huérfanas

el aire arrebatado al que supliqué cobijo

En apabullantes duelos de sombras

se esconde mi beso al cordero

eligiendo una tumba amarilla

a orillas del Nilo

He podido elegir

Pues existe un tal  vez

en mi último deseo 

explorando  mi suerte 

He soñado 

cargado de tendenciosos ruidos

y he regresado vacío 


III - LOS HERMOSOS DIAS DE SUICIDIOS


Qué hermoso día será el ayer

Invitando a mi suicidio ¡Alegremente!

Todos mis momentos

son los argonautas olores en las flores de la pureza

Redacto cartas al desamor

los cielos caben en mi mano

Apretándose sin músculo 
  
Ahora chispea sangre extensa

Unas alas perdidas me revolotean
 
chasquean en mis perdidos huesos

Las mariposas de exilio celeste

se acuestan conmigo jubilosas

¡Qué hermoso día diseñé a nuestro suicidio!

¡Qué hermoso día asomando en mi brillo soez!

Filo amoroso, armonioso filo

tu cuchilla rabiará contra mis venas

Ya Suenan mis miedos

como fúnebres violines

Cuerdas desafinadas de un difunto acróbata


IV - ESLABONES


Me arrastran aires de otro mundo

vida torcida

Efluvios secos, cascadas asustadas

Espectro siempre presente

invisible, 

es su presencia una ilusión

Es la mentira que arrastra a mi verbo

Temo a sus dados de la suerte

sin prisa en sus ojos rabiosos

escrutando cascarones desnudos

sin el abrigo de los minutos callados

Soy el fruto de la inconsciencia

el asomo al espacio vacío

¡Ensanchémonos!, que soy pajarillo asustado

prendido de las alas de un diablo

Dicen que navegamos, nave sin rumbo

yo conozco ese viaje

cargado de despoblados sinsentidos:

el árbol esclavizado por su raíz

/huracán incierto de rama tronchada/

En mis inquietas tripas

se hunden soles apagados

los momentos del niño

con sus ojos trabados en el muro

Su desafío maquilla mis eslabones

y hay poesía si el ruido me rompe

sobre el verde desolado


V - AVANZANDO A BOCADOS


El olor a crisálida marca el camino

Sus áridas versalitas

Se precipitan

En pico caen contra mis pies

Dos lagunas

reflejan sus insultos a mi agrio rey

miserias arremolinadas ¡oh lento galápago!

Avanzo a bocados

avanzo sin mirar tristezas

sin escuchar las sonrisas de las flores

Nunca será tarde para habitar los paraísos

¡Asfíxiame, largo como al dolor

y ancho como a la espera!

Primero el resquemor

adulador de los días /blancos de inocencia/

en la estancia cuarteada

engañada por paredes inexistentes

El parangón dejó de dormitar

despertaron inquietas mis tormentas

con sus existencias desbocadas

de desazón abismal

No te escondas ¡damisela!

pues en ti se oscurecen mis pisadas solares


VI - DOMINATOR BREVIS


He inventado la palabra dormida

¡Dominará! En panteón rebosando algoritmos

Traslucir insensato 

atrapando mis sonidos de triangular madera

Más allá de los sentidos 

balanceados sin el impulso de mi aire

Se diluye la quietud

dejando de existir en mí

Supe...

Sobre un apasionado mar de manchas boreales

Arrugadas se corrompen, parlateando a las paredes

amórficas muescas, maldiciendo a mis nombres


VII - BOQUETES


La efigie me ciega

¡Por ello enamorada!

Me muestra lúcidas llamas cuasi lunares

con su fuego abrazando

el oxígeno que las rodea

Yo y el temor recorriendo

los dudosos cauces de mi cara

de místicos cráteres 

golpeados con la fuerza de Dios

Sonoros imparables como abruptos cometas

¡Tan colosal y tan pequeño suena el invisible latido de la vela!

Toda esa inmensidad

cabría en la memoria de un insecto

Cuando la vida es la noche más corta

se implora a los pétalos abrir su cúpula durmiente

Cuando el último número

asignado al irrevocable aliento

esconde en su rostro magullado un final irreconocible

Cuando todo es nada

el abandono de las estrellas se  diluye  en mi mundo oculto



<>Autor<>
José Luis Collado Novillo







LUGARES INCIERTOS

Nunca lloré bajo el árbol Precioso escondite donde las flores no  mienten La Belleza, la tristeza, rien en los rondos de la muerte Con el os...