Es ahora
cuando mis manos son lamentos
No hay lástima
Y de esta alegoría del sonido
la negrura de un profundo pensamiento
Territorio ciego, flor ¡brotas negruzca!
en la palidez de mi noche
Tus pétalos negros maldicen
el perfume regalado a la niebla
Mi voz como almena de los pájaros
busca el refugio
entre la vaga oscuridad de tu silencio
Aún me acompaña el río de los sórdidos
Un caudal hambriento y abierto
a la claridad de perturbadoras sinfonías
Y enciende la curiosidad de la luciérnaga
hacia un anónimo brillo
No eres la noche cerrada
ausente de trágicas estrellas
Eres un latigazo a mi negación
don dumas
Territorio ciego, un buen suelo para plantar luz, la luz anónima de las luciérnagas.
ResponderEliminarSaludos,
Hola Beatriz. Me gustó enormemente tu blog, de enorme calidad.
EliminarBesoss
En medio de la penumbra se busca una ceja de luz. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarHola Carlos ¡Yo soy la penumbra!
EliminarGran abrazo.