sábado, agosto 23, 2025

La niebla lo sabe todo


Sois un clión dormido

en el abisal de las entrañas

Homo quimérico, hielo sobre marmol

En el sueño un sueño

Y añoranzas 

Las palomas vuelan en la niebla

Buscan entre sus olas negras y fantasmales

alas entre sus alas

De fe ciega

De fe muda y sombría esperanza

La calma tras el grito

¡Llorad! 

Las espesas lágrimas de la distancia 

no esperan solas

Los ojos ya desnudos

Penetrando los sumisos momentos

Sus blancos confines de extraño planeta

Levantado el polvo de la tierra muerta 

entre  hojas oscuras

de robles y castaños que dejaron de existir

entre insomnios del pasado

¡Llorad subiendo escaleras! 

Con lejanas lágrimas que os claman 

sangre hija de vuestra manos mártires

constructoras

de la ciudad enterrada

en la brutal noche que os amputa


Es vuestro silencio un triunfo 

sereno

en un brusco y nuevo amanecer 

Una galaxia entre escombros os escucha

El precio de sus secretos os deja

atónitos

anuncian mares en vuestros poros de viajero

Hielo sobre el mármol de los  tiempos

/nadie observa/

sin viento en la cola en el bello artefacto 

sin dientes

sin puños de fortaleza

Sin la estupidez del alma

Cainita y los trabajos invisibles, sírvete de Homero

del sudor evaporado

Y de un hombre ajeno a la jaula

Sois los muertos no anunciados

desde la algoritmia de unas ramas frondosas

hasta las estrellas soñadas

Invitados a los extensos viajes

entre la palidez de las sombras 

Un tránsito del descomunal óxido

desde el microespacio 

hasta las enormes distancias

Sinuosas

No veréis en ellas las negras guerras ancestrales 

Ni el alimento de las falsas flores

Solo el ruido de la destrucción os ampara

Sonido de tambores anunciando

con su estelar y macabro ritmo 

la sinopsis de los espejos

Llovió el apocalipsis

Se atrevió sin temor sobre el pájaro metálico 

pulsión 

amante digital

Sois la oscuridad ante el destello

¿Nada brilla?

Los dientes dorados y los ojos amarillos

transfigurados sobre un mar de bilis

De obedientes impulsos 

asomando 

ante la caída ligera y silenciosa

de la pluma

/Pensad en el agua de la lluvia/

Tan sólo os falta una noche por morder

Vuestro final es el principio del explorador

Solitario explorador




JLCollado 









sábado, agosto 02, 2025

125 -TRILOGíA del triste mar azul

imágenes del TRISTE MAR AZUL

I

A la vista de lujuriosos duendes
no suenan como lugares hermosos 
los sintéticos recorridos sinuosos
extraviados sobre los peligrosos ardientes

Al agotamiento los cuerpos pegados
movimientos de ácido olor en  androides simulados
adalid de visibles despojos
en el extenso mar de ojos
Son los navegantes del triste mar azul
en aquelarre bruma que nos piensan
rimando tragedias sus iris rojos
en una atmósfera de tristezas inmensas

Al sueño de los lejanos
no dejar a solas a los ufanos
vuestra respiración, sin contestación
marchitadas olas
de óxido tallado
entre las negras amapolas


El regreso a las interminables distancias
entre ansiedades y vagas abundancias
demonios arrojando sus decimales al viento
Hay odio acústico en los espacios violentos

¡Triste mar azul! de este infierno salir por fin quiero


II

Nado extenso sobre el agua extensa
helado lugar que me dedico
¿Quién soy? el pensamiento fallido de una flor secuestrada
en el fondo olvidado de olvidadas penumbras, mi pregunta
una ausencia del canto prendido en mi enamorada garganta
Así es la vida encerrada entre la vereda de los sentidos

¡Yo sé de dónde vengo!
Entre raíces del éter me persigo, anónimos detalles, 
escogido de entre las firmes destrezas de ningún olvido
No deseo perderme en esa triste imagen ausentada de flores



III

Os veo diferentes
sin el halo de pureza que recorría vuestros detalles más insignificantes
inquietantes submundos para vuestros ojos

serenitatis, serenitatis

Hay deriva sobre el paisaje sombrío
tormenta en las neuronas que
desalienta en las noches
haciendo zozobrar las respiraciones

serenitatis, serenitatis

Las cosas que no se ven

Encontré la impureza tras mi iris en una inagotable búsqueda  y en mi vientre ardiente, eras tú, polvo suspendido Y si supieras que existo  ...